ORIGENES Y CAUSAS DE LA DEPRESION

Causas de la Depresión

La depresión puede ser de tipo reactivo (de afuera) o endógeno (de adentro). En el primer caso, constituye la respuesta hacia un estímulo externo que ocasiona duelo -la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo-; sin embargo, cuando éste no logra superarse, se transforma en depresión y pierde relación con el estímulo inicial. En el segundo caso, se trata de procesos que nada tienen que ver con la realidad, la persona simplemente se deprime sin existir una causa real. Una tercera postura es la que considera que en una depresión pueden estar implicados ambos factores, tanto endógenos como exógenos, en distintas proporciones en los distintos pacientes. Realmente es difícil encontrar una alteración física que no afecte al estado de ánimo y viceversa. El estado de ánimo y el cuerpo solo se pueden desgajar teóricamente.
La base bioquímica y neurofisiológica de ambos tipos, sin embargo, es la misma, siendo el tratamiento farmacológico similar para los dos casos. Aunque no existe ningún antidepresivo que logre efectos antes de tres semanas, y ello parece deberse a la plasticidad del cerebro. Es necesario que el fármaco actúe durante algún tiempo para que las neuronas modifiquen la actividad de los receptores de la membrana, y en ocasiones el enfermo no puede esperar. Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en cada generación, han encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de quienes no se enferman.
Sin embargo, no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio.
En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o funciones cerebrales: Disminución del metabolismo del área prefrontal izquierda del Cerebro. Situación que se normaliza luego de los diferentes tratamientos.
Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.  

Origen Psicosocial. (Acontecimientos Vitales)

Se ha implicado a las circunstancias externas potencialmente productoras de estrés (los llamados acontecimientos vitales) como factores precipitantes de los trastornos afectivos. Estos acontecimientos vitales, al recaer sobre un individuo que ya tiene una vulnerabilidad de base, desencadenarían el inicio de una depresión. Se piensa que los pacientes deprimidos experimentan más acontecimientos vitales en los meses que preceden al comienzo de los síntomas. Los acontecimientos vitales más potentes para precipitar una depresión serían aquellos no deseados, no controlables, inesperados, y que suponen una amenaza o peligro importante para el sujeto; entre ellos, los acontecimientos que suponen una pérdida para el individuo (muerte del cónyuge o un familiar próximo, divorcio o separación, jubilación o pérdida de empleo, abandono del hogar por parte de algún miembro de la familia) son los más claramente asociados al inicio de un trastorno depresivo. También se han de considerar los problemas de salud física por suponer igualmente una pérdida. Sin embargo, se ven muchos sujetos con trastornos afectivos en cuyos antecedentes no se detectan acontecimientos desfavorables y también se ven personas que padecen dificultades y pérdidas considerables sin que manifiesten síntomas de enfermedad.
Existen también situaciones estresantes crónicas que requieren un gran esfuerzo del individuo para afrontarlas, y también podrían relacionarse con el inicio de la depresión.
Esto se debe a que hay pasos intermedios entre el acontecimiento vital estresante y la elaboración de respuestas psicobiológicas por parte del organismo, en el que intervienen procesos de pensamiento y estrategias de afrontamiento para enfrentarse al estresor que explicaremos en más detalle.
En el inicio de un episodio depresivo, por tanto, hay que considerar, a parte de los acontecimientos estresantes, la intervención de varios niveles (biológico-psicológico-social) de forma interrelacionada entre sí. (Acontecimientos vitales–soporte social y factores estresantes crónicos–vulnerabilidad psicológica a la depresión—-vulnerabilidad biológica a la depresión).

Origen genético

Se ha visto que los desórdenes afectivos mayores (aquellos desórdenes del estado de ánimo con mayor intensidad y duración) se dan con mayor frecuencia en algunos familiares de sujetos enfermos. Se acepta que la herencia juega un papel en la génesis de la depresión. Sin embargo, el hecho de que haya diferentes tipos de depresiones con edad de presentación, respuesta al tratamiento, evolución, dificulta el estudio del tipo y mecanismo de transmisión de cada uno de ellos. Los estudios sobre antecedentes familiares de trastornos depresivos revelan que existe una mayor tasa de trastornos afectivos que en los familiares de sujetos sanos. Cuando se estudian pacientes adoptados con trastorno del estado del ánimo se comprueba que la frecuencia de trastornos del estado de ánimo es mayor en sus padres biológicos que no en sus padres adoptivos. También se ha investigado si en los gemelos idénticos (llamados monocigóticos) la concordancia para que los dos presenten una depresión es mayor que en los gemelos no idénticos (su material genético no es tan parecido), y se ha visto que la tasa de concordancia para el trastorno afectivo es mayor en los primeros.
Escasos estudios sobre gemelos criados por separado confirman también una herencia genética. Los estudios genéticos se hacen en poblaciones con trastornos depresivos mayores. Creemos útil y oportuno dejar aclarado que la predisposición no implica la inevitabilidad de padecer la enfermedad, sino que se trata solamente de una disposición hacia ella.

Origen Neurobioquímico (neurotransmisores).

A nivel del sistema nervioso central, se puede relacionar esta enfermedad con alteraciones en los niveles de neurotransmisores.La primera hipótesis bioquímica de los trastornos afectivos surgió en 1965, cuando Schilkraut postuló la hipótesis aminérgica de estos trastornos.Estos marcadores biológicos, denominados neurotransmisores, en la actualidad se pueden dosar mediante un análisis de sangre u orina y sirven de base para el diagnóstico y tratamiento de cada persona.
 En el hombre se han descrito diversas enfermedades que derivan de una alteración en este código, conocido como neurotransmisión. La esquizofrenia y la depresión se consideran en la actualidad día enfermedades de la neurotransmisión. Existen estudios que investigan la genética de los trastornos depresivos e investigan las variantes de los genes que codifican para estos neurotransmisores.
Los investigadores y los médicos inicialmente se centraron en la hipótesis de que una concentración baja de neurotransmisores y, por tanto, un déficit en la neurotransmisión produce depresión. Los neurotransmisores más estudiados han sido la noradrenalina, la serotonina y la dopamina, basándose en que el efecto de muchos fármacos antidepresivos pasa por una modificación en estos neurotransmisores o sus receptores. Los esfuerzos realizados para identificar anomalías bioquímicas consistentes en los pacientes con trastornos del estado de ánimo sólo han tenido un éxito parcial. Entre estos esfuerzos están la determinación en diferentes fluidos corporales (sangre, orina, líquido cefalorraquídeo) de los estos neurotransmisores y sus metabolitos (compuestos producidos tras el paso de estas sustancias por puntos del organismo -el hígado- donde se transforman).  No existe una sola explicación para todas las depresiones. Parte de la investigación ha estado muy centrada posteriormente en el estudio del funcionamiento de los receptores (donde se unen los neurotransmisores) y los subtipos de éstos, detectándose variaciones en su funcionamiento, como puede ser el que aumente su densidad en la membrana de la neurona o que estén más o menos sensibles al efecto de los neurotransmisores. Los receptores son también responsables de la transmisión de la señal eléctrica. También se ha observado que varios tipos de antidepresivos y la terapia electroconvulsiva (electroshock) y la Estimulación Magnética Transcraneana producen este efecto de disminuir la densidad de receptores en la membrana. Lo mismo que para la teoría anterior se ve que no vale para explicar todos los casos. Se sugiere, en general, que el efecto de los antidepresivos pasaría a través de la estimulación de la neurotransmisión de la serotonina, más que la adrenalina. A todo ello hay que decir que los sistemas de neurotransmisión en el cerebro no funcionan de forma independiente entre sí y esto le añade mucha complejidad a la investigación de las alteraciones bioquímicas en las depresiones. Finalmente, la serotonina y la noradrenalina son sólo dos de los muchos neurotransmisores y neuromoduladores que existen en el cerebro.

 

Origen Psiconeuroinmunoendocrino.

El sistema de secreción hormonal del organismo funciona en interrelación con el sistema nervioso e inmunológico y también es influido por agentes externos.  
En la depresión se encuentran alteraciones en el funcionamiento del llamado eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal.Estas tres glándulas (el hipotálamo y la hipófisis se encuentran en el cerebro y las suprarrenales sobre los riñones) funcionan sincronizadas entre sí, de modo que la hormona segregada por el hipotálamo estimula a la hipófisis a que produzca otra hormona que a su vez estimula a las glándulas suprarrenales a producir cortisol.
A su vez la cantidad de hormona segregada sirve de freno a la glándula estimuladora, mecanismo que se llama retroalimentación. Parece que en la depresión esta respuesta de retroalimentación no funciona con normalidad y en trastornos como la depresión mayor se han visto niveles elevados de cortisol (producido por las glándulas suprarrenales).  
También se han visto niveles elevados de las hormonas producidas por hipotálamo e hipófisis, que son el factor liberador de corticotropina y la corticotropina; por lo tanto, en ciertos tipos de depresión no funcionaría el sistema de autorregulación del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal y se producirían hormonas por encima del nivel normal.Neurotransmisores como la serotonina o la noradrenalina regulan en parte la secreción del hipotálamo.
Desde hace muchos años, las anomalías de la función de la glándula tiroides también se han relacionado con los trastornos del estado de ánimo, ya que el hipotiroidismo a veces da la cara como un síndrome depresivo. Como en el caso anterior existiría en ciertos casos de depresión una mala regulación de la secreción hormonal de estas glándulas.

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